sábado, 28 de marzo de 2009

historias del tango electronico...



Avanzan las clases de tango. Mi compañera de baile insiste en que debo conseguirme zapatos. Dicen que el mundo se ve diferente si llevas unos “timbos” tangueros. Mientras me decido a comprarlos, paso por una disquería. Está en Lavalle casi esquina Florida. Un televisor de cuelga del techo pasa clases de tango. En la entrada hay un dibujo de Gardel. Los escaparates están repletos con discos del 2x4. En Buenos Aires siempre hay a la mano algo referido al tango para comprar.

-¿Buscás algo especial?- me abalanza el flaco de la tienda de discos.

-Algo nuevo- le digo.

-Ah... de lo nuevo tenés al Gotan project , y en la misma línea tenés todo esto- y me lleva a un rincón salpicados con CDs de tango electrónico, entre los que se ve al bajo fondo y al Narcotango

-Quizás esto sea demasiado nuevo- le digo, pensando en que busco un disco ideal para ensayar mis clases.

-No es tan nuevo... y mirá que se vende muy bien.

Si bien Gardel sigue llevando la delantera en ventas, el tango electrónico se ha convertido en una suerte de vedette dentro de la industria de la música del tango. Cada semana aparecen nuevos grupos, sus presentaciones tienen muchos público cautivo, y los productores con el olfato celebre ya miraron hacia el nicho del tango/máquinas.

-Es un producto similar al anterior, pero dirigido a otro público- me dice el vendedor, como quien diferencia la Coca-Cola de la Coca-Cola Light.

-¿Más moderno?

-Diferente. Y los clientes son claramente diferentes...

Por la noche pongo a girar el disco de Gotán Project, pensando en si sea conveniente comprarme zapatos de tango. Es bueno lo que escucho, y me parece que anda bien con zapatillas.

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Salto el descocido en el bar y largo la perrorata...claro el era sesenton y no entendia un cuerno..
El tango electrónico es una mistificación de nuestro gotán. Lo de Gotan Project me recuerda cuando cantábamos bajo la ducha acelerando los tiempos musicales y transformándolos en patochadas. Algo así como lo que hizo Nacha Guevara cuando se enamoró de un pibe rockero y hacía "eso" que ella llamaba Tango-rock. Un desastre, vamos. Si ser moderno, estar al día, darle unas nuevas formas al tango, aggiornarlo, consiste en mezclar hermosas poesías de Manzi, Cátulo o Cadícamo en recitados de curda de madrugada con un poco de ruido detrás, mejor que se busquen otros tipos de géneros musicales y no nos embarren la cancha.El tango electrónico es una patraña y a las discográficas le viene bien para embaucar a noveles aspirantes a tangueros y vender algunas miles de placas, porque Troilo, Pugliese o D'Arienzo vendieron todo en su momento pero hoy venden menos y están en Internet. El problema es que están metiendo en Europa y Estados Unidos este tango trucho y de momento van empaquetando gente, sobre todo a los más jóvenes que cree que están bailando y escuchando tango. Déjense de joder muchachos, eso, además de ser una mistificación, no es bailable. Es como hacer rutbol (mezcla de rugby y fútbol)y decir que es el nuevo fútbol. Que aparezcan modernos Expósitos, Manzis y Cátulos en la poesía porteña. Y Troilos, Di Sarlis y Laurenz en el rubro orquestal y de composición y verán como sale el sol y nadie se va a quejar.Que surjan creadores, nó destructores. Con este tango electrónico puede cantar hasta un chico de 4 años o una señora de 88 años. ¡Total, para la sanata que dicen...!LAS DISCOGRÁFICAS YA INTENTARON DESTRUIR AL TANGO CUANDO AQUEL ECUATORIANO SE INVENTÓ EL CLUB DEL CLAN Y DESTRUYÓ INFINIDAD DE PLACAS TANGUERAS. Se llamaba Ricardo Mejía y era directivo de una discográfica importante.Los japoneses de milenaria sabiduría, se llevaron numerosos acetatos y placas únicas y hoy las conservan como reliquias. Darle manija al "tango" electrónico es hacerle daño al TANGO nuestro. Es engañar a la juventud. Confundir a los extranjeros. Desvirtuar las raíces. Un respeto, por favor. Invéntense otro curro y llámenlo como quieran sin mezclar al tango. Y no usen esos versos magistrales para destrozarlos. Amén.

ya en el chat salio otro con la nostalgia tipica que te derrite:
Conoci Gotan Project en España donde vivo hace 4 años. Me encanta. Trasminte todo tipo de sensaciones. Y no es verdad q sea necesario tomar una pastilla para entenderlo. Tuve la oportunidad de verlos en vivo en noviembre pasado en el Gran Rex. Sin palabras. En mi opinion estan reinventando el tango.

y otro volvio al ataque..con los discursos de siempre:

Tengo que decir algo. He escuchado algo de Gotán Project y de Narcotango y no me disgustó, pero no me pareció tango realmente. Ah, no tomo pastillas, salvo unas mentitas. Incluso quise bailarlo como tango y me sentí forzado, incómodo. En cambio he escuchado tangos ejecutados con saxo y trompeta ( no intenté bailarlos) y sí los sentí como tales. Es lo que me sucedió a mí, nada más.

Por suerte cada tanto salta alguno que les dice lo que son..a los detractores que dicen barbaries de todo tipo..hasta hablan de narcoticos y bla bla..pero el le salto y les dijo clarito:

Muchachos, estemos claros, siempre que el genero se moderniza hay tradicionalistas que quieren imponer su teoria dinosaurica. Acuerdense lo que tuvo que pasar Astor por perfeccionar el genero y hoy en dia no hay discusion alguna de su importancia en la historia del tango

Finalmente queda claro algo, que se sigue discutiendo, que a los jovenes nos gusta esta musica mal que les pese a los viejos, y que bueno a falta de la vieja risita de Gardel desde el cuadrito, tenemos esta musica que nos acompaña ...y desde donde esten Gardel y el Gordo seguro que se siguen riendo.

picamiel

viernes, 13 de marzo de 2009

ANTIGUEDADES


El éxito de nuestra columna nos obliga
a incorporar nuevos auspiciantes que no quieren dejar la oportunidad de remitir sus consejos para bellezas argentinas como la de la ilustración.
DUCHA DE ORO
Indicada en las enfermedades de Señoras
Es un remedio que en la toilette íntima de las damas nunca debe faltar, pues a más de su virtud curativa, es desde el punto de vista higiénico, un eficaz preservativo.
Precio de cada botella 2.5 m/n
diríjanse pedidos Á E. DE M DE LA BALZ y Cía.
Maipú 456 Buenos Aires
Y EN LAS BUENAS FARMACIAS
Se remiten prospectos é instrucciones para su uso.
Veamos los Consejos para la economía doméstica:

-Para componer el mármol se hace al baño María una solución de gelatina (cola fuerte) empleando próximamente doble peso de agua que de la gelatina. Esta disolución se mezcla con alabastro ó mármol blanco en polvo, para los mármoles blancos; con pizarra, para los mármoles grises, y con ocre para los mármoles rojos ú obscuros. Así se obtiene una pasta espesa, que sirve para tapar las grietas ó arreglar los ángulos. Una vez seco este cemento es tan duro como el mármol, y pulimentándolo bien parece mármol verdadero.
-Para mantener los parquets. Para quitar las mancha de aceite, grasa ó fruta del parquet se hará una lavaza muy espesa de jabón negro con agua caliente. Se frota la mancha con una escobilla, cuidando de no ponerle demasiada ag
ua. En seguida se seca con una franela.
-Para hacer desaparecer las manchas de tinta de los parquets se principiará por lavar con agua muy caliente solamente el sitio donde está la mancha; en seguida se le pone algunas gotas de ácido nítrico. Tan luego como la mancha haya desaparecido, se lavará con agua fresca; si no se hace esto quedará una mancha blanquizca muy difícil de quitar. Cuando se use el ácido nítrico hay que hacerlo con muchas precauciones, pues quema y es un veneno muy violento.
Hay que tener cuidado de que no caiga sobre las manos ni los vestidos, pues se quemarían. El empleo de esta substancia sólo se debe entregar á personas de mucha confianza.
Una vez quitadas las manchas, el agua cáustica volverá el parquet a su brillo. El agua cáustica no se encuentra en todas partes preparada, pero hay gran economía en hacerla en la casa.
Se corta cera amarilla en pedacitos, lo que se pondrá en una caja de lata ó fierro blanco, se aplastará bien, se le cubre
con esencia de trementina y se cierra herméticamente por doce horas. Después de este tiempo se abre la caja, se revuelve la cera con un palito y si está muy espesa se le pone más trementina. El uso de la trementina es muy expuesto y no se debe preparar cerca, del fuego y de la luz, porque se inflama; es más prudente hacerlo en la noche. Las cantidades son: para dos partes de cera una de esencia de trementina.
Se frota el parquet con un poco de esta preparación y en seguida se frotará con una franela muy gruesa hasta sacarle brillo. Es tal vez más fácil envolver un escobillón en una franela muy gruesa y frotar con esa.
Si se sigue este consejo se puede tener siempre el parquet como nuevo.
Esta preparación se conserva mucho tiempo si se guarda muy cerrada., y si se llega á secar mucho se le pondrá más trementina y se revolverá.
-Todos los frutos secos deben ponerse en remojo en agua fresca, durante veinticuatro horas antes de hervirlos.

Así recobran el aroma y se abrevia el tiempo de la coción.
Los siguientes consejos médicos son auspiciados por el aceite MACASSAR DE ROWLAND'S. Para el pelo es la única preparación en que se puede confiar. Ciento veinte años de éxito han probado que conswerva, fortifica y hermosea el cabello, cura la calvicie y hace desaparecer la caspa. EL ACEITE MACASSAR colora de dorado el pelo rubio.
Rechazen las imitaciones muchas veces peligrosas.
Véndese en casa de todos los farmacéuticos, drogueros y perfumistas.
Dieg Gibson, Defensa 142
Vamos à con los consejos
-El destete. — Las reglas principales que han de tenerse presentes para el destete son las siguientes:
1ª. Se debe cuidar de preparar el niño al destete después de la salida de los primeros dientes.
2ª. El destete debe practicarse durante un período de calma de la evolución dentaria, nunca en plena dentición.
3ª. Se destetará gradualmente.
4ª. No se destetará nunca durante la estación calurosa.
Cuando haya necesidad de destetar prematuramente á un niño, se debe empezar por la leche ó por sopas ligeras, después pr
ogresivamente se le acostumbra á una nutrición más sólida. Si en el curso de un destete precoz viniesen á declararse graves incidentes, será preciso recurrir á la leche; es un error querer fortificar los niños dándoles caldo, vino, etc. Esto no puede dar otros resultados que volverlos tísicos ó raquíticos.
-Contra la dispepsia.—Se recomienda como muy eficaz contra la dispepsia la siguiente poción:
Agua destilada ...... 30 gramos
Acido clorhídrico......15 gotas
Pepsina soluble....... 2 gramos
Glicerina inglesa......20 gramos
Jarabe de limón ......30 gramos
Se tomará una cueharadita de las de café después de cada comida.
-Para adelgazar.—El doctor Grandmaison aconseja, el siguiente método:
A. Disminuir el número
de comidas; hacer por la tarde una comida vegetariana.
B. Suprimir las grasas, salsas, manteca derretida, ragouts, carnes y pescados grasos (ternera, cerdo, pollo, ánade, anguila, salmón), leche, bebidas alcohólicas, te, café, etc. Tomar cada día y como máximum 100 gramos de pan, ó reemplazarlo por patatas cocidas ó por bizcochos.
C. Alimentarse con asados ó cocidos: buey, carnero, jamón, aves magras, conejo, anguilillas, bacalao, lenguado, trucha, raya, huevos, legumbres, herbáceas (salvo hacederas y espinacas) adicionadas con un poco de manteca fresca, patatas, judías, guisantes, habas, lentejas, macarrones, arroz, tapioca, fideos; frutas cocidas ó crudas, con excepción de las frutas oleosas (almendras, nueces, avellanas). Beber abundantemente tisanas y agua.
-Virtudes depurativas del rábano.—Por la gran cantidad de iodo y azufre que contienen los rábanos, poseen extraordinarias virtudes depurativas, antiescorbúticas y digestivas, y además, constituyen un estimulante del apetito, tan bueno como la mostaza.
Recuerde ¿Dispepsia y enfermedades del estómago é intestinos?: se curan en poco tiempo el 98 por 100 de los enfermos á quienes su médico receta para las afecciones de las vías digestivas.
"STOMALIX"
SAIZ DE CARLOS
El mejor y mas seguro medicamento, como lo demuestran 15 años de éxitos constantes en el mundo entero, para combatir las digestiones perezosas, suciedad de la lengua, pérdida de apetito, acedias, dolores y ardor de estómago, vómitos, vértigo estomacal, cólicos, flatulencias, diarreas en el adulto y en el niño, incluso en la época del destete
CURA estas afecciones porque quit
a el dolor y molestias de la digestión, auxilia el poder digestivo, abre el apetito, tonifica y el enfermo se nutre y digiere sin dificultad.
De venta: Farmacias y Droguerías
EN FRASCOS GRANDES Y CHICOS
Carta de lectores:
A 'Una caritativa': Debe lavarse con jabón Reuter, luego ejuagarse con alcohol puro. Durante una semana, una vez por noche.
A "Una amiguita": Para hacer el dulce de leche á la criolla se toman 9 litros de leche y 2 1/2 kilos de azúcar. Se hace hervir la lech con el azúcar, después se cuela poniéndolo en seguida al fuego y revolviéndo hasta que tome punto. Se le pone una varilla de vainillaó de canela.
A "Un suscriptor de Ituzaingó": Esa agua que usted usa no es una gran cosa. Pruebe el Agua Nupcial. Además lávese la cara con leche tibia y no use jabón, que irrita los ojos. Para las manos el Jabón Reuter con agua fría de lluvia, previamente hervida.

miércoles, 11 de marzo de 2009

ALBERTO GRECO (ARTISTA ARGENTINO)




Alberto Greco (Buenos Aires, 1931 - Barcelona, 1965) es uno de esos pocos artistas que nos dio el siglo XX y a los que podemos denominar como tales sin tener, ni por un momento, que plantearnos la veracidad de la afirmación. Alberto Greco fue un artista. Con mayúsculas. De pies a cabeza. Las veinticuatro horas del día. Todos los días del año. Respiraba arte por los poros de su piel y, ya en los últimos años de su vida, su propia existencia era arte. Incluso el propio acto de su muerte voluntaria la convirtió Greco en un gesto artístico al escribir la palabra "Fin" en la palma de su mano mientras la sobredosis de barbitúricos que había consumido comenzaba a hacer su efecto.

Las primeras obras conocidas que se conservan del artista argentino fueron realizadas cuando el autor no tenía más de veintidós o veintitrés años. Ya desde el principio, se decanta por un informalismo correcto y un tanto oscuro que tiene cierto éxito en la época. Pero Greco es mucho más que eso. Greco no puede, ni por un momento, permanecer quieto. Es, además de este informalista severo, actor, agitador, histrión, escritor, provocador, activista cultural y muchas cosas más. Es decir, todo lo que un artista del veinte debe haber sido para poder ser considerado como tal. Y hubo muchos que lo intentaron. Pero pocos fueron capaces de llevar una empresa como ésta hasta el final con todas sus consecuencias. Greco, sí.

Hasta principios de los años 60, Greco da tumbos por el mundo, de ciudad en ciudad, transportando su propuesta artística. Una propuesta que, con el tiempo, deja de ser material para convertirse en conceptual: Greco se convierte, así, en su propia obra y en uno de los artistas conceptuales más interesantes que esta corriente estética ha aportado. Porque hay que decirlo claro y reivindicarlo sin ningún tipo de duda: quizás no fue el primero en pensar en torno a las ideas y conceptos que luego conformaron su legado artístico, pero sí fue uno de los más auténticos, vitales y comprometidos artistas conceptuales que han existido.

Lo efímero de muchas de sus obras (una simple acción, un simple gesto recogido por una cámara fotográfica) muchas veces improvisadas, lo inhabitual de las técnicas artísticas que empleó (sus obras de mayor peso están realizadas a base de tinta y collage sobre papel), no han contribuido, en absoluto, a que la obra de Alberto Greco sea apreciada en toda su dimensión. Afortunadamente el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno), entonces dirigido por la que luego sería ministra española de cultura, Carmen Alborch, se encargó, hace ya ocho años, de clasificar, estudiar y exponer la obra de Greco. Aquella exposición ha de suponer un punto de inflexión en el estudio de la obra del artista argentino.

En 1954, después de dar tumbos sin terminar nunca de decidir cuál es su verdadera vocación artística (Greco ya ha sido, para entonces, actor frustrado de teatro, ha publicado poesía, ha escrito una novela y, por supuesto, ha pintado y estampado), viaja a París. Será el inicio de una vida viajera que le llevará, en los once años de vida que aún le quedan, a recorrer medio mundo.

A Greco le resta mucho aún para alcanzar su grado de madurez artística. Su trabajo de esta época es una obra de juventud y de aprendizaje. Viaja por Europa (Italia, Austria e Inglaterra) y absorbe vida. Dos años después de su llegada, regresa a Buenos Aires donde reside, a excepción de una larga estancia en Brasil, hasta que en 1961 viaja de nuevo a París. Greco ya está preparado. Su materia prima definitiva está determinada. La vida que ha ido absorbiendo es ahora el motivo de su obra. Ambas, vida y obra, se confunden en un todo que no se separará jamás.



[Vivo-Dito, en Madrid y Piedralaves, Ávila, 1963]

Alberto Greco, lúcido y provocador, crea el arte Vivo-Dito, actividad artística que consiste simplemente en señalar o definir a una persona u objeto como obra de arte. Greco utiliza las tesis duchampianas y las adapta a su particular personalidad. Parece importarle más el hecho mismo de realizar la obra, el momento exacto de su concepción, que la obra en sí misma. Un trozo de tiza o un cartel escrito a última hora con una caligrafía horrible, son las únicas armas del artista. Y, por supuesto, él mismo, convertido para siempre en maestro de ceremonias de sus acciones artísticas.

Realiza Vivo-Ditos, además de en París, en Roma, en Madrid y, sobre todo, en Piedralaves (Ávila), donde convierte a una comunidad rural y atrasada, en una obra de absoluta vanguardia. Greco hace sostener a los habitantes del pueblo carteles con leyendas tales como "Esto es un Alberto Greco", "Obra de arte señalada por Alberto Greco" o, simplemente "Alberto Greco". Es obsesiva la costumbre del artista por utilizar su propio nombre. La firma en Greco adquiere rango de obra. No busca la notoriedad en el acto de firmar. Greco, el artista Greco, simplemente señala y convierte, de esta manera, la cotidianeidad en obra de arte, en situación sublime, en gesto poético.

Esta tendencia a trabajar con lo más habitual y elevarlo a la condición de arte, se observa también en sus trabajos en papel de la época. Deja de pintar en el sentido clásico del término y se dedica a escribir, garabatear y gestualizar sobre el papel. Así, aparecen escrituras automáticas, dibujos inconclusos, bocetos, manchas, trozos de papel pegados, impresiones con la base del tintero y todo un espectro de acciones y agresiones al soporte. Su obra de estos años finales parece un volcado convulso de una interioridad agitada. Greco vomita sobre el papel o el lienzo todo lo que lleva dentro que, en realidad, no es otra cosa que un gran sufrimiento vital.



[S/T, 1963-64]

En el mismo año 1962 se produce su último viaje a Italia. Durante la inauguración de la Bienal de Venecia de ese año, Greco lanza, al parecer involuntariamente, un montón de ratas al paso del presidente de la república italiana con el consiguiente gran escándalo. El espíritu irreverente de Greco, le lleva a disfrazarse de monja en Roma mientras estaba teniendo lugar el Concilio Ecuménico II. Esto, unido a su participación en la representación de la obra teatral "Cristo 63", ofensiva para la iglesia católica, es demasiado para las autoridades italianas que le invitan a abandonar el país y no regresar jamás.

Los últimos dos años los pasa viajando incansablemente. Madrid, Lisboa, París, Islas Canarias, de nuevo Buenos Aires, Nueva York, regreso a Madrid, estancia en las Islas Baleares y viaje final a Barcelona donde se quita la vida. Su producción intelectual es incansable. Parece que Greco pretende quemar todos sus cartuchos cuanto antes y liberarse de esa huida continua hacia ningún lugar. Alterna la ejecución de Vivo-Ditos con su obra pictórica.



[S/T, 1963 y Carta a Eugenia, 1964]

Los trabajos de esa época son convulsos. Dibuja incansablemente en cualquier lugar. Lo realiza, incluso, de manera automática, mientras charla con alguien o hace cualquier otra cosa. El acto de crear lo ha convertido en algo rutinario y habitual. El pintor Lucio Muñoz afirma: "En la forma en que hacía la mayoría de los dibujos que los tenía siempre junto al teléfono en una mesa, casi como tienes un papel para proteger la mesa donde dejaba las tazas de café y donde apuntaba cosas, o sea, apuntaba teléfonos, apuntaba cosas y a veces dibujaba, yo en uno de los que tengo, él mismo me decía mira éste es el teléfono de no sé quién".

Otro pintor español, Luis Gordillo, explica el proceso metodológico de Greco: "Ésa es una idea que yo he expresado muchas veces (pintar en el teléfono), que si te pones a dibujar conscientemente pues empiezas a controlar el dibujo y te sale una cosa pero si estás hablando con alguien como la parte tuya racional está en la conversación lo que te sale, el dibujo en el teléfono es una cosa totalmente espontánea".

Unos pocos meses antes de su muerte, escribe la novela "Besos brujos". Esta obra, de 130 páginas, es la culminación de su obsesión por fundir literatura y artes plásticas. El manuscrito es una obra de arte en sí misma, plagada toda ella de dibujos, grafías y anotaciones del propio Greco. Poco después, se suicida en la ciudad de Barcelona. Es un acto premeditado. Dice a sus más allegados que se va a Barcelona a suicidarse. Así lo hace. Y no lo duda dos veces, no podría ser de otra manera. Convierte su muerte en un acto artístico más. Como si de una de sus novelas se tratase, como ya lo solía haber realizado en el ángulo inferior derecho de alguno de sus cuadros, escribió la palabra "Fin" en la palma de la mano y continuó escribiendo hasta morir.

PALABROTAS ARGENTINAS ( JUAN CEDRON)



No existe personaje tanguero más marginado que Juan Cedrón; los vanguardistas lo ignoran y los fieles guardianes de la tradición lo toleran con indiferencia. Sin embargo el Tata -un alias que de chiquitín le regalaron los muchachones de Nuñez que eran capaces de tributar algunas monedas por escuchar su repertorio de palabrotas, en las que la "t" era la consonante protagónica— y el trío que dirige son la única posibilidad verdaderamente distinta con que la música de Buenos Aires se ha hecho oír en el último lustro.
Con la misma pulcra despreocupación indumentaria con que aparece en sus shows de El Bulín Mistongo, el café concert de la calle Humberto I en Buenos Aires, que lo tiene como número oficial, y que hay que tomar como una ruptura con el minucioso "empilche" en que siempre se han empecinado los intérpretes de tango. Cedrón, a punto de partir para una gira de conciertos por Córdoba, comentó hace unos días las positivas consecuencias de la permanente actividad que su grupo cumple esta temporada: "Esto me obliga a trabajar, a componer; se dice que el tango no se ha renovado y de eso tiene la culpa la escasez de trabajo. Al no tener quien toque sus piezas, los autores no escriben. La actuación continua me exige hacer temas nuevos que canto 3 ó 4 meses y después paso a otra cosa; de esa manera yo me renuevo y el público no escucha siempre lo mismo".
A los 30 años, el Tata ya ha aprendido a utilizar todas las consonantes, aunque en el apresuramiento por explicar algo pueda extraviar alguna "s" final, y, conversando, su voz parece todavía más grave y pastosa que cuando recita alguna de las letras que le han escrito Juan Gelman o Raúl González Tuñón o cuando canta entrecortadamente una vieja milonga de Homero Manzi.
Es una voz sin educación, a menudo desagradable, que no se parece a ninguna otra y que encierra intacta una elemental sensibilidad tanguera, casi olvidada en estos días: "Lo que pasa es que hay cosas que uno las lleva adentro; de pibe escuchaba a Gardel, a Corsini, a Fiorentino y siempre tiene que quedar algo de la forma de expresión de esa gente. Yo sé que no soy un buen cantor, pero lo que trato de hacer no es lucirme sino encontrar el verdadero sentido de las letras que me interesan, sin cargar las tintas". Quizá por eso, cuando canta La última curda o A Homero, aprisionando su guitarra como si fuera lo único que tiene en el mundo, a nadie se le ocurre desviarse a la comparación con Rivero o con Goyeneche por miedo a perderse una interpretación cautivante por su humilde sinceridad.
Pero Cedrón no es simplemente un cantor con un grupo que lo acompaña; el trío que desde hace 7 años integra con el bandoneonista César Stroscio y el violinista Miguel Praino —que también fueron sus socios en la financieramente desastrosa experiencia de café concert Gotán de la calle Talcahuano— y al que acaba de agregarse un contrabajo, es un grupo de potencia y posibilidades tímbricas sorprendentes: "Así como reconozco mis limitaciones como cantor, estoy seguro que mi conjunto suena muy, muy bien. Eso no es una casualidad, es el resultado de todo lo que nos conocemos, del tiempo que hace que estamos juntos y también de los ensayos constantes".
Aunque ha proporcionado a su trío una respetable cantidad de piezas instrumentales, entre ellas las que sirvieron de comentario a la película Tute cabrero, lo que el Tata prefiere es componer acompañamientos para las letras que le proporcionan sus poetas predilectos, Gelman y González Tuñón. El resultado son tangos nada convencionales: "Hace tiempo nos planteamos con Juan (Gelman) esta cuestión de hacer canciones, y de entrada descartamos la posibilidad de escribir cosas como Manzi o como Castillo. Lo que conseguimos parecía al principio bastante extraño, pero ahora, con toda esta moda de Serrat, la gente se ha acostumbrado a temas que no repiten estrofas sino que cuentan una historia. Si alguna vez el material poético ha pesado demasiado, la culpa es mía, pero hacer una canción es una cosa muy difícil, en serio".
El único artista underground del tango, que recién ahora está ampliando el público que lo apoyó desde el principio, ese que habitualmente circula en las adyacencias del cine Lorraine de Buenos Aires, tiene una representación discográfica desproporcionadamente abundante: los long plays Madrugada, Cuerpo que me querés y Tute Cabrero, producidos por el mismo Cedrón, y Gotán, grabado para Columbia ("No quiero saber más nada con las compañías grandes"). Como para mantener este récord, en los próximos días aparecerá Los ladrones, un álbum dedicado a Cadícamo, Gelman y Tuñón, y se dispone a grabar Fábulas, con las canciones del recital que, hace 4 meses, estrenó en la sala Planeta.
Para fin de año, Cedrón está decidido a publicar una docena de viejas composiciones: son las que pertenecen a una ópera preparada en colaboración con Gelman, por supuesto, Las tripas generales, que Roberto Duran pondrá en escena la temporada que viene.

Palabrotas argentinas

El espectáculo tiene, por lo pronto, un atrevimiento, no tanto programático o estético, sino puramente cultural: el de llevar a un escenario de Buenos Aires (Sala Regina) un tema político vinculado al reciente pasado, a la candente actualidad argentina. Concebida como una sátira, acaso para quitarle al asunto y a su tratamiento las pretensiones de lo definitivo y para eludir el engolamiento -esa enfermedad aborigen-. El avión negro se anima a enfrentarse con la selva de silencios, de censuras y autocensuras que parece asfixiar las manifestaciones artísticas últimamente.
No es poco atrevimiento para el provincianismo autóctono (una mezcla de falsa adustez y falsa moral) que desde un escenario un grupo de autores (Roberto Cossa, Germán Rozenmacher, Carlos Somigliana y Ricardo Talesnik) se atreva a pronunciar algunas terribles palabrotas: Perón, peronismo, bombo, gorila, oligarca, San Perón, compañero. De todo esto habla, y vocifera y ríe El avión negro a partir de una posibilidad que súbitamente empieza a tomar cuerpo y a crecer en las calles de la ciudad: el regreso del general en el legendario avión negro tabulado por la imaginación colectiva.
La pieza del Grupo de Autores que un par de semanas atrás hizo sus primeras armas auspiciando el estreno de Cien veces no debo de Talesnik, desgrana varios sketches unidos por el común denominador de una manifestación peronista que recorre la ciudad alegre y agresivamente, enarbolando puños y cánticos mientras resuena el tam-tam de un mitológico y nostalgioso bombo. Las distintas escenas proponen también visiones diferentes en torno de las reacciones que el fenómeno multitudinario y regresivo produce entre especímenes varios: burocratizados y hasta venales dirigentes gremiales, anacrónicos miembros del Partido Comunista, pequeño-burgueses, policías torturadores, profesionales satisfechos y fóbicos ultraderechistas. No todo el espectro de la realidad socio-política argentina, pero una buena porción que aproxima una observación a la vez sintética y parabólica.
Las escenas no tienen un parejo nivel textual y dramático: oscilan desde la redondeada efectividad de El orden (un hombre que es encarcelado "por las dudas" y porque comete el pecado de no ser al mismo tiempo revolucionario - democrático - cristiano - nacionalista - liberal - idealista) hasta el mal gusto y la indefinición de El dentista; y desde la pintoresca autenticidad de Comité Central (un modelo de las "adecuaciones a la realidad" del PC) hasta la frustrada incursión por el absurdo de La familia. No obstante. El avión negro resulta satisfactorio como totalidad espectacular. Porque la dirección de Héctor Gióvine salva carencias parciales del original y la actuación del elenco es sobresaliente en algunos casos (Oscar Viale), óptima en otros (Sergio Corona, Alberto Busaid) y correcta en los demás (Ulises Dumont, Julio López, Graciela Martinelli, Marta Alessio), Quizá la excelente conducción de Gióvine pueda medirse en la barra o murga o manifestación que acompaña, provoca, subraya, violenta o enlaza las escenas, un alarde dinámico potenciado por la convicción hasta física de "los muchachos": Federico González, Eduardo Gutiérrez, Juan José Herrera, Oscar Martínez, Miguel Ángel Palucci y Armando Pietro.

Memoria de un maldito

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Alberto Greco

Se cuenta de Alberto Greco que, en vísperas de una de sus huidas de París, iba vendiendo de bar en bar sus pertrechos para reunir fondos, y que en la terraza del Old Navy resbaló y cayó, para desde el .suelo proferir, invicto: "Vendo una caída". Cierto oportunismo, a menudo vinculado al gusto del bon mot, no era ajeno a las extrañas lucideces de este hombre erizado de posibilidades, ebrio de vida, el artista maldito que la Argentina supo conseguir.
"En un ambiente como el nuestro, Greco era un factor irritante; para él no había limites", dice su amigo, el pintor Luis Felipe Noé, en el prefacio del catálogo de una muestra que en la galería Carmen Waugh muy oportunamente conmemora los 5 años de su muerte. Sin embargo, también interesaba. "Hablan de mis pavadas y no de mis cuadros —dijo Greco una vez—; lo que les importa a las gentes son mis pavadas. ¿Serán entonces pavadas? ".
Sus "pavadas" comenzaron temprano: autor de un libro de poemas, a los 22 años dio una conferencia que terminó con su encarcelamiento por "comunismo y actividades subversivas". Luego, en 1945, se fue a París, donde vendía dibujos y acuarelas por los cafés. Vivió en San Pablo un par de años, introduciendo -no sin éxito- el informalismo, y después hizo lo mismo aquí, respaldado por galerías como Pizarro o Van Riel y el novísimo Museo de Arte Moderno.
Cuando el informalismo coaguló en una moda. Greco pasó al gesto. Firmaba manchas de humedad en las paredes, firmaba la gente en la calle, empapeló las paredes con afiches que rezaban "Greco, ¡qué grande sos! " En 1962 pasó a París donde propuso el arte vivo, pero su jaula con ratones blancos fue expulsada de la muestra; el espectáculo 'vivo dito' presentado en Roma como Cristo 63 terminó con la intervención de autoridades, chalecos de fuerza y expulsión del país. Hair, sus desnudeces —tímidas en comparación— y los éxitos de taquillas todavía estaban lejos.

También aquí pagó el precio por ser un precursor, cuando en 1964 hizo otro 'vivo dito' en la galería Bonino, que concluyó en la Plaza San Martín: el éxito fue meramente escandaloso. De nuevo en España, hace 5 años sacó las últimas penosas conclusiones de la aventura: entre estertores —había ingerido barbitúricos— escribió en su mano izquierda la palabra Fin, antes de entregar sus 34 años a juicios exclusivamente póstumos.
Fue también un comienzo. Buenos Aires, "mi más querida ciudad, hermosa y terrible ciudad de la solemnidad, la más castradora del mundo", como la llamaba Greco, no es, sin embargo, avara. Hoy contribuye a restaurar la obra de quien llegó a ser, mucho antes de morir, un mito.
Revista Análisis 1970