viernes, 21 de noviembre de 2008

PARA VOS


En el zaguán de la ruptura
se armo hasta los dientes
con inusitada resignaciòn...
Marcò el eslabón permanente
de su permanencia fortuita
una vez màs con su espada
escondida.
Se calzò la palabra
y lanzando llamas
quemò el campo la vid y la rosa
que la retenìa...
Asi fue la decisión,
otorgarìa una distancia
suficiente para mudar su piel
como en otros ciclos sucediò
a los astrocorazones
con la frase roja
a mano alzada
contra cualquier insensatez
por parir.
picamiel©
Todavìa hay dìas buenos
pero se aroma la tristeza
en el porvenir.

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