jueves, 23 de abril de 2009

REVISTA CRISTINA



EL REPORTAJE DE CRISTINA A NEBBIA

Tiene veintitrés años. Musicalmente se inició con "Los Gatos Salvajes", que más tarde dejarían de ser salvajes, para ser simplemente "Los Gatos". También cantó como solista, formó la "Nebbia's Band", el "Tempo Trío" y recientemente "Huinca", su último grupo.
Este es el diálogo que CRISTINA mantuvo con este pionero de la música pop nacional.
CON tus anteriores grupos hiciste rock, blues, folk, jazz-rock, etcétera. —¿Cómo es la música que haces ahora con "Huinca"?
—El nombre de "Huinca" nada tiene que ver con el folklore, como algunos pueden pensar. Estamos buscando, eso sí, aunar distintas raíces folklóricas argentinas y latinas; pero eso no significa que "Huinca" sea un conjunto de folklore. La música que hacemos es música argentina, popular, latina, nuestra. No quiere decir que porque tengamos un nombre emparentado con el folklore, debamos salir al escenario con un bombo y un poncho. El nombre se lo pusimos, porque nos gustó. "Huinca" quiere decir cristiano, y nos pareció muy lindo. Que quede claro, entonces, que "Huinca" no es nada folklórico, y que sólo tiene que ver con una búsqueda de nuestra música pop.
—¿Quiénes forman el grupo, y qué instrumento toca cada uno?
—Litto Nebbia en guitarras (eléctrica y acústica) y primera voz Gabriel Ranelli se encarga del órgano y el piano; Cacho Lafalse, del bajo y la segunda voz, y Moro, de batería y percusión.
—¿En qué se diferencia "Huinca" de todo lo que hiciste anteriormente?
—La música que hago tiene el mismo estilo de la música que escribí siempre, tanto a nivel literario como musical. Sólo que es más evolucionada. Las aspiraciones que tiene cada uno, lo llevan a superarse, a hacer mejor las cosas. De allí que mi música tenga hoy mejores arreglos, otra dirección y otro orden.
—¿Cómo son las letras que haces para el conjunto?
—Las letras han cambiado, como cambio la modulación de mi voz y otras cosas. Pero, en realidad, son comprometidas. Por ejemplo, una estrofa de uno de mis últimos temas se refiere a los jóvenes, que equivocadamente buscan la liberación en la droga. La estrofa dice:
Lloramos cuando nacemos,
lloramos cuando morimos.
Total, llorar también es escuchar,
y eso es libertad.
Róbate un manojo de mi canto,
será la libertad que te faltó.
Este tema se lo dediqué a los inocentes en general. Yo considero que un chico de catorce o quince años no debe estar preso o ser castigado por haberse drogado. Hay que pensar que es un enfermo, y que hay que salvarlo y curarlo. Es más lógico buscar el mal y el motivo que lo llevó a eso. Pero es muy comprometido hablar de este tema, no solamente porque la gente sospecha que uno es drogadicto, sino también porque a la propia gente del ambiente musical no le gusta que se toque este tema. No les gusta que se declaren cosas acerca de las drogas; pero yo lo hago, porque veo con desesperación que antes eran amigos míos y que funcionaban perfectamente como seres humanos, y que ahora están totalmente destruidos, arruinados.
—¿Por qué crees que algunos jóvenes llegan a drogarse?
-Mira, yo tengo veintitrés años. Mi generación tenía como hazaña faltar al colegio, hacerse la "rata" o la "rabona". Ahora, la cosa nueva, la cosa linda, es fumarse un cigarrillo de marihuana o tomar cocaína, que, desgraciadamente, los tipos de mal vivir consiguen y hacen conseguir.
Respecto a este punto, existe una gran falla a nivel publicitario. Jamás leí una nota donde se explicaran claramente los problemas que trae el consumir drogas, el mal que causa, las formas de evitar el vicio... Se habla de la droga como algo bueno. Se dice que el LSD servía para hacer canciones (Lucie in the Sky of Diamonds) a "Los Beatles" u otros grupos, o que con la droga se experimenta la liberación, etcétera. Y los chicos entienden eso, que van a ser libres, que no hay nada malo. Esto es realmente grave... Nosotros tenemos que olvidar de copiarnos todo lo que viene de fuera, ya que aquí se han copiado miles de cosas, y una de ellas, por desgracia, es el consumo de drogas.
Por ejemplo, si alguien quiere ser puro, practica "yoga"; pero jamás lo hará correctamente, si no es hindú. Es decir que cada uno debe hacer lo suyo, no copiar todo. Hay que vivir la realidad de uno mismo, la realidad de Latinoamérica, de donde somos. Un caso en la música es el de George Harrison, que quiso hacer música oriental, y no pudo, porque él es europeo, es de otra raza. Esto no significa que debamos ignorar todo lo que viene de fuera; pero no hay que copiarlo, sino ver de qué manera podemos usarlo y aplicarlo a lo que es nuestro verdaderamente.
Esto de copiar o imitar, es bueno para culturizarse. Pero es perjudicial, si se lo toma como base para iniciar un movimiento. Sería imposible hacer una música pop argentina basándonos en la música de la China.
—¿Cuál fue el verdadero motivo que te impidió viajar con "Los Gatos" a Europa el año pasado?
—Bueno, ése fue un problema que nunca quedó bien aclarado. La confusión la hizo un sector del periodismo que se ocupa en hacer ese tipo de "confusiones" a propósito.
Lo que pasó realmente fue que cuando ellos se fueron, yo estaba en un momento en que no me interesaba irme de aquí. Además, siempre se dijo que "Los Gatos" se separaron un montón de veces, y es mentira: sólo hubo una separación, la última. Anteriormente, cuando "Los Gatos" fueron a Europa por primera vez, yo no fui, porque había fallecido mi padre, y yo me quedé con Martha, mi madre. Por eso, ellos se fueron sin mí; pero ya sabíamos que a su regreso nos uniríamos nuevamente.
La última vez, en cambio, "Los Gatos" estuvieron en "Torremolinos" (un local en España), grabaron algunos discos, y luego volvieron... En realidad, eso a mi no me interesa: prefiero quedarme y trabajar aquí.
Allí sí nos separamos realmente. Yo inicié mi segunda etapa de solista; luego, la "Nebbia's band", etcétera.
Pero todo lo que se habló de drogas y del servicio militar sin cumplir, es mentira. Como te digo, no me interesa irme, y menos irme con un grupo. Pienso que es más útil hacer algo aquí, donde puedo llegar realmente a mi público.
—Fuera del país, ¿se conoce a Litto Nebbia como compositor de canciones?
—Sí; pero solamente en Latinoamérica. Aisladamente se conocen algunos de mis temas. Otros han sido grabados por Frank Pourcel o Paul Mauriat; pero eso no significa que sean conocidos por todos.
Para intentar ser conocido fuera, hay que radicarse en el lugar, ya sea Europa, Estados Unidos o donde fuere. Para llegar al público de un lugar, hay que vivir allí. No se puede ser músico con ideas norteamericanas, si se es argentino, o viceversa. Cada uno debe adecuarse y trabajar de acuerdo con el medio donde vive, donde respira. De otra forma, es imposible. Mi ilusión es quedarme aquí. Aparte, la posibilidad de conseguir algo con mi arte va a ser siempre mayor en mi país que fuera.
Quiero tener éxitos aquí; y cuando logro un éxito corno algunos que tuve ("La Balsa", "Rock de la mujer perdida", "Rosmerie", etcétera), poder contárselo a mis amigos; ver la alegría de mamá, de mi público; conocer las reacciones de la gente que quiero y odio. Esto, por supuesto, será imposible de lograr fuera de la Argentina.
—¿Qué grupos preferís de Inglaterra, Estados Unidos y Argentina?
—Pasa lo siguiente: en Inglaterra sólo hay dos grupos que hacen música realmente inglesa, y son "Traffic" y "Jethro Tull". Los demás copian el sonido de los grupos norteamericanos.
Además, hay otro motivo que te impide decir éste o aquel me gusta más. En Estados Unidos o en Inglaterra no existen discos malos: todo está bien, todos son buenos. Esa perfección te lleva a exigir más, y es entonces cuando vos te podes decidir por cinco o seis conjuntos.
El grupo que yo más "siento", es "Traffic", que hace más de cinco años que están juntos. Nunca buscan reportajes ni propaganda fácil, y siempre han estado en una supervanguardia dentro de la música pop inglesa. Este grupo trabaja en una granja, y vive allí, apartado de la capital inglesa. Hacen allí su música, y logran un sonido de granja, de aldea.
—¿Qué diferencia notas entre los músicos ingleses y los norteamericanos?
—Los ingleses, salvo esas excepciones, copian el sonido yanqui del rock de Presley o de Chuck Berry. Los "Rolling Stones", por ejemplo, son excelentes; pero suenan más a estadounidenses que a ingleses. Hacen el rock y el blues clásico de los norteamericanos.
—¿Qué pensás de la música complaciente, de Palito, Sandro y otros por el estilo?
—Me da rabia; pero al pensar un poco más, me digo: ¿Qué se puede hacer, si Palito, Sandro o "Los Náufragos" no saben hacer otra cosa, no pueden hacer más que basura? ¿Vas a pegarles por eso? Bastante castigo tienen con ser lo que son.
Cuando hay que sentir verdadera bronca, es al ver que un músico que primero hace jazz o rock, al otro día graba un jingle para la televisión. Ahí sí, porque ese tipo sabe y procede mal; hace eso, para llenarse de plata y nada más.
—¿Hay valores dentro de la música complaciente?
—Lo que te puedo decir es que hay gente con inquietudes, como en todos los órdenes; pero, en general, son tipos débiles que prefieren hacer música fácil y tener plata en el bolsillo, antes que hacer buena música o algo que realmente les guste.
El gran problema de los que hacen música complaciente, es que no tienen real convicción de su arte. Por eso se venden tan fácilmente. Es muy difícil estar dispuesto a que te "corran" y a andar sin plata. Hay que querer mucho a la música, para llegar a ser alguien dentro de ella.
—¿Qué razón crees que existe para que en Estados Unidos se esté volviendo al artista solista?
—Mira, a mí me gustan mucho solistas como Neil Young, Laura Nyro y Carole King. Y pienso que se retorna al solista, porque la música que ellos hacen es la música del retorno a lo simple y a lo verdadero, que en Estados Unidos se había perdido con el caos que se creó durante la época de Hendrix, artista genial, pero que era un enfermo... El solista se ocupa de baladas realistas. (Yo soy tu amigo, aquí estoy cuando me necesites, etcétera.)
—¿Cómo elegís los músicos de tus grupos?
—No importa que sean grandes músicos. Quiero que sean en el escenario y fuera de él iguales a mí a nivel mental, y de ideas en general: religiosas, políticas, etcétera. Eso es lo que busco fundamentalmente.
—¿"Huinca" es el mejor grupo que has tenido?
—No sé si podría decir eso. Sí te puedo decir que le tengo muchísima fe, porque es lo último que estoy haciendo, es lo nuevo. Una nueva etapa en lo que yo hago. Estoy feliz, porque en "Huinca" hay músicos de grupo, individuales en su personalidad, pero integrados mentalmente al grupo.
—¿A qué querés llegar con tu nuevo grupo?
—A lo que quiero llegar, ya llegué. Los que tienen que llegar son los demás, y sólo así voy a estar conforme. Quiero contestarte algo que quedó sin respuesta: los grupos argentinos que me gustan, y cuáles me gustaron antes de disolverse.
De los nuevos me gustan "Aquelarre", "Color Humano", "Huinca" y Gabriella, la esposa de Edelmiro Molinari (ex "Almendra"). De lo anterior me gusta todo lo de los "Shakers", "Almendra" de la primera época y algunas canciones de "Manal". Me gustaron siempre las canciones "latinas", como las que hacíamos con "Los Gatos" en los primeros LP ("Viento, dile a la lluvia", "Chica del paraguas", etcétera), o las del primer disco de "Almendra".
—¿Qué mensaje les darías a los jóvenes de la nueva generación musical?
—Diría lo que digo siempre... Es necesario que tomen conciencia de que la música es un arte como tantos otros, que no sólo sirve para bailar, sino que con la música podemos comunicarnos, llegar a muchos. No quiero que la gente vaya a ver mis recitales porque Litto Nebbia es una estrella del rock, quiero que vayan para escuchar mi mensaje, para ver qué digo de nuevo. Quiero que se den cuenta de que mi arte es igual al de un zapatero o al de un carpintero. La música no sólo debe gustar porque es bailable o porque la pasan todo el día en "Música en Libertad" o en "Alta Tensión", no. Debe gustar por lo que es, un arte, una forma de comunicación increíblemente poderosa.
Es grave lo que ocurre en este sentido, porque los chicos están perdiendo la sensibilidad. Se les dan canciones sin sentido, falsas, que no les dicen nada, y los confunden.
Es necesario que se difundan canciones que les muestren problemas que el día de mañana deberán resolver, y no sabrán cómo hacerlo. Que le muestren realidades, verdades...
Esto es lo que quiero: que la juventud tome conciencia de lo que es y puede llegar a ser. Pero para pretender esto es necesario, primeramente, que los músicos tomen conciencia del problema. Una vez que esto ocurra, ¿quién nos para?
Juan Carlos Rodríguez.
Tiene veintitrés años. Musicalmente se inició con "Los Gatos Salvajes", que más tarde dejarían de ser salvajes, para ser simplemente "Los Gatos". También cantó como solista, formó la "Nebbia's Band", el "Tempo Trío" y recientemente "Huinca", su último grupo.
Este es el diálogo que CRISTINA mantuvo con este pionero de la música pop nacional.

Revista Cristina
JUNIO 1972


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